Hicimos una tabla para anotar el color del iris de cada niño de la clase.
En una sesión de animación lectora conocimos el libro "El libro negro de los colores"
(clic en la imagen)
Para ello cogimos un libro del cajón; cerramos los ojos y lo colocamos delante de nosotros. Comprobamos que su información se había vuelto inaccesible para nosotros. Después vimos que la de El libro negro de los colores estaba ahí; podíamos tocarla pero no entenderla porque no conocemos el código Braille.
Entonces picamos un alfabeto Braille para conocer la sensación de leer con las manos:
En la sesión de Plástica, estampamos nuestras huellas dactilares -que ya sabemos que son únicas e irrepetibles- y las transformamos en dibujos:
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