En un oratorio hemos celebrado la Resurrección de Jesús: hemos bajado a la iglesia en dos grupos, hemos saludado a Jesús y nos hemos sentado delante del altar en semicírculo.
Hemos ido enumerando las diferencias encontradas entre cómo estaba el altar ahora y el Miércoles de Ceniza: flores, colores, situación de la cruz... Hemos hablado de la cruz, de Jesús, su pasión y muerte; sobre todo, de su resurrección. Hemos leído el pasaje bíblico de Mateo, 28, cuando las mujeres van a perfumar el cuerpo de Jesús y se encuentran el sepulcro vacío.
Hablamos de cómo cuidaban los amigos y amigas a Jesús y nosotros hemos imitado ese gesto poniéndonos un poco de aceite y masajeando a los compañeros, sin hablar, con cariño.
También hemos dedicado unos minutos para hablar en silencio con Jesús, pedirle y darle gracias. Le hemos cantado una canción de resurrección y nos hemos despedido de Él con un beso al aire.
Nos hemos llevado de recuerdo una cruz hecha con palitos de madera.
Hemos ido enumerando las diferencias encontradas entre cómo estaba el altar ahora y el Miércoles de Ceniza: flores, colores, situación de la cruz... Hemos hablado de la cruz, de Jesús, su pasión y muerte; sobre todo, de su resurrección. Hemos leído el pasaje bíblico de Mateo, 28, cuando las mujeres van a perfumar el cuerpo de Jesús y se encuentran el sepulcro vacío.
Hablamos de cómo cuidaban los amigos y amigas a Jesús y nosotros hemos imitado ese gesto poniéndonos un poco de aceite y masajeando a los compañeros, sin hablar, con cariño.
También hemos dedicado unos minutos para hablar en silencio con Jesús, pedirle y darle gracias. Le hemos cantado una canción de resurrección y nos hemos despedido de Él con un beso al aire.
Nos hemos llevado de recuerdo una cruz hecha con palitos de madera.
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