Ayer celebramos el oratorio para despedir este curso. Escuchamos un hermoso Salmo de la Biblia que les ayudó a apreciar todas las cosas buenas que ha hecho Dios. Tras un saludo de bienvenida, gustamos, olimos, tocamos... unos trozos de sandía; a partir de las sensaciones del sabor y la vista dialogamos sobre lo bueno que es Dios que está presente en todas las cosas que ha creado -la sandía es una de ellas-. Leímos entonces una versión simplificada del Salmo 34:8
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y fuimos enumerando todas las cosas bonitas de la Creación. También rezamos todos juntos, cogidos de las manos y finalmente agradecimos a Dios algún momento especial que cada uno recordaba de este curso: los cuentos leídos, los juegos con los amigos, los profesores que han sido buenos, el curso en sí que no ha resultado tan difícil como parecía, lo que hemos aprendido, etc.
Como siempre que realizamos estas actividades de oración, resultó ser íntima y emotiva.
1 comentario :
Que momento más bonito habréis compartido, felicidades por disfrutar de estas cosas, son las que llenan el corazón de las personas. Un beso
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